El acompañante durante el trabajo de parto puede ser tu pareja, un familiar, un amigo, una doula o una enfermera/comadrona. Quien sea que esté contigo, su misión es ofrecerte información, apoyo práctico, emocional, y ser tu voz cuando más lo necesites. Un buen acompañante puede hacer que tu experiencia de parto sea mucho más positiva, así que es importante que sea alguien compasivo y en quien confíes.
Recuerda que estar presente en el parto es mucho más que ser solo un «acompañante». Las contracciones pueden ser intensas, a veces comparables al dolor de varias fracturas, y tu actitud puede cambiar con el dolor y las hormonas a flor de piel. Así que, ¡prepárate! Puede que en algún momento solo quieras que te dejen en paz o, quizás, quieras abrazarlo con mucha fuerza.
El apoyo que recibas, junto al del equipo médico, hará una gran diferencia en cómo transcurre todo. De hecho, hay estudios que demuestran que tener a alguien a tu lado durante el parto puede ayudar a que todo fluya mejor: menos intervenciones, menos cesáreas y, sobre todo, una mayor satisfacción con la experiencia.
Por eso, aunque no es obligatorio, se recomienda hacer talleres o sesiones de preparación al parto. Estos pueden ser una gran oportunidad para que ambos se sientan más preparados para vivir una experiencia inolvidable y no traumática.
Recuerda, tú eliges quién te acompaña en este hermoso viaje de la gestación y el parto. ¡Elige a quien te haga sentir más cómoda y apoyada!