El embarazo y el parto generan cambios significativos en el cuerpo de la mujer, y el piso pélvico es una de las zonas más afectadas. Esta estructura muscular, que sostiene órganos como la vejiga, el útero y el recto, puede debilitarse debido al peso del bebé durante la gestación y el esfuerzo del parto. Por ello, su reeducación es clave para prevenir molestias y recuperar la funcionalidad del cuerpo.
Beneficios de la reeducación del piso pélvico
- Previene la incontinencia urinaria: La debilidad del piso pélvico puede provocar escapes involuntarios de orina. Con ejercicios adecuados, se fortalece la musculatura y se recupera el control.
- Mejora la calidad de vida sexual: Un piso pélvico fortalecido favorece la sensibilidad y el control muscular, lo que puede mejorar la actividad sexual.
- Evita prolapsos: La rehabilitación ayuda a prevenir el descenso de órganos pélvicos, una condición que puede generar incomodidad y afectar la movilidad.
- Reduce molestias lumbares y posturales: Un buen tono del piso pélvico mejora la estabilidad del core y reduce el riesgo de dolores en la zona baja de la espalda.
¿Cuándo y cómo comenzar la reeducación?
Lo ideal es realizar una evaluación con una kinesióloga especializada a partir de la cuarentena o 6 semanas postparto. Dependiendo del estado del piso pélvico, se recomiendan ejercicios como Kegels, hipopresivos y trabajo de respiración diafragmática. Además, existen técnicas de biofeedback y electroestimulación que pueden ser de gran ayuda en casos de mayor debilidad.
En Vital Woman, te acompañamos en este proceso con planes personalizados para recuperar tu bienestar de forma segura y efectiva. ¡Tu cuerpo merece este cuidado!