La Importancia del Entrenamiento de la Musculatura de Piso Pélvico en la Función Sexual

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El piso pélvico es un grupo de músculos y tejidos que forman la base de la pelvis. Aunque su rol en el soporte de órganos y la continencia urinaria y fecal es ampliamente conocido, su influencia en la función sexual es igual de fundamental. Entrenar esta musculatura no solo mejora la calidad de vida, sino que también potencia la satisfacción sexual y previene disfunciones comunes.

La conexión entre el piso pélvico y la función sexual

Estos músculos están íntimamente ligados al placer y la respuesta sexual, tanto en hombres como en mujeres. En las mujeres, el piso pélvico rodea y soporta la vagina, ayudando a la lubricación, la sensibilidad y las contracciones orgásmicas. En los hombres, está relacionado con el control de la eyaculación y la calidad de la erección.

Cuando el piso pélvico es débil, tenso o descoordinado, pueden surgir problemas como dispareunia (dolor durante las relaciones), disminución del deseo, dificultad para alcanzar el orgasmo o incluso disfunción eréctil.

Objetivos del entrenamiento del piso pélvico

El entrenamiento de esta musculatura busca fortalecerla, mejorar su elasticidad y coordinar sus movimientos. Algunos objetivos clave son:

  1. Incrementar la sensibilidad y el placer: Un piso pélvico saludable mejora el flujo sanguíneo en la zona genital, potenciando la sensibilidad y las sensaciones durante la intimidad.
  2. Fortalecer las contracciones orgásmicas: Una musculatura tonificada permite orgasmos más intensos y prolongados.
  3. Prevenir y tratar disfunciones: Ejercicios específicos pueden aliviar el dolor durante las relaciones, mejorar la erección o facilitar el control de la eyaculación.
  4. Aumentar la conexión cuerpo-mente: Conocer y activar esta área mejora la conciencia corporal, lo que contribuye a una vivencia sexual más plena.

¿Cómo empezar?

El entrenamiento de piso pélvico incluye contracciones de la musculatura superficial y profunda, trabajo con biofeedback, dependiendo de la evolución puede comenzar con resistencia manual o agregando cargas externas a través de pesas intravaginales y además de técnicas de relajación. Es fundamental realizar el entrenamiento por un/a kinesiólogo/a especializado/a para diseñar un plan personalizado, evitando ejercicios inadecuados que puedan agravar la disfunción.

En resumen, cuidar la musculatura del piso pélvico no solo mejora funciones básicas, sino que también transforma la vivencia sexual. Invertir tiempo en su fortalecimiento es una apuesta segura para la salud integral y el bienestar emocional. ¿Ya te has planteado fortalecer tu piso pélvico? ¡Es hora de dar el primer paso!

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